En muchas ocasiones existe la tendencia a enfrentar la nutrición vs. la gastronomía. En realidad, son dos términos, que, en la práctica, no tienen porqué estar reñidos.

La nutrición, de una forma general, consiste en el proceso involuntario e inconsciente de llevar nutrientes a nuestro organismo, con el fin de obtener energía para poder vivir. Por tanto, se tiene en cuenta, qué tipo de alimentos y qué nutrientes nos aportan para obtener o mantener un estado saludable, sin tener en cuenta su elaboración, preparación, sabor,…

La gastronomía, podemos identificarla como el acto de comer, el cual es un placer para los sentidos y para nuestro intelecto. Es decir, habitualmente se puede malinterpretar como comidas en exceso, abuso de bebidas, diferentes sabores, olores, texturas,…

Pero en realidad, la nutrición y la gastronomía deben ir de la mano, ¿por qué?.

La razón es muy sencilla, podemos definir la gastronomía como la relación del ser humano con su alimentación, tanto desde el punto de vista de la nutrición como desde el punto de vista de los sabores, palatabilidad, texturas,…y, además, esta relación va a estar influenciada por los entornos cultural, social, geográfico, ambiental,…del mismo modo en el que se haya relacionada la nutrición.

Cuando preparamos un menú es necesario que «llame la atención», es decir, que sea consumido por el cliente. En base a ello, la tendencia será elaborar un menú nutritivo o sano, pero que al mismo tiempo sea apetitoso para el cliente.

Al poseer escasos conocimientos de nutrición, la tendencia se basa en realizar elaboraciones, platos,…apetitosos que sean consumidos por el cliente, pero en la actualidad, con la formación en cocina y gastronomía así como con el aumento de la preocupación por nuestra salud nutricional, esa tendencia va enfocándose hacia la realización de menús nutricionales, usando alimentos sanos y apetitosos e innovando en la cocina para conseguir una fusión nutrición-gastronomía que sea apetecible y sana para los consumidores.

Surge, en este momento, la necesidad de elaborar platos con alimentos sanos y de evaluar dichos platos desde el punto de vista nutricional con el objetivo de llegar a un consenso y sublimación de la nutrición con la gastronomía, sin que el restaurante o cocinero se resiente en sus beneficios y el cliente o consumidor en su salud.

Para terminar, ya tenemos claro que la nutrición y la gastronomía son complementarias, una completa a la otra, y, además, las tendencias para los próximos años serán las de ofrecer menús nutricionales e, independientemente de que sean comida o cena, el ofrecer distintas posibilidades nutricionales para completar la comida o cena del día en casa.

Ricardo Rubio Gómez

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